Llegó el 2019 y con él, muchas promesas y proyectos de todos los que quieren dar un giro en su vida, o cumplir sueños aplazados. Sin embargo, si no se cuenta con las herramientas suficientes, es muy probable que estos deseos de años nuevo se queden solamente en fantasías, esperanzas y falsas ilusiones que no se realizarán.
¿Cómo empezar?
Materializar.
Para que estos proyectos y objetivos al inicio de un ciclo sean más fáciles de cumplir, trate de materializarlos, ya sea con imágenes, en un diario o una carta. Dejé estos estímulos visuales en un lugar de fácil y de constante acceso, con esto podrá encontrar la motivación necesaria cada vez que lo requiera, sin perder de vista el foco, el objetivo final. Dese el ánimo suficiente para lograr sus metas.
Realismo y plazos.
Uno de los factores que más destacan nuestros especialistas es que las metas que se tracen sean realistas, se dividan en plazos y se permita cada día ir cumpliendo las mismas. No debe esperar que de un momento a otro se de el gran cambio; en la vida construir y transformar toma tiempo y no se trata de ser pesimista, sino más bien realista y acertado. De esta manera, por más importante o grande que sea la meta que se quiere alcanzar, el realismo permitirá que estemos enfocados, seamos constantes y perseveremos en alcanzar la misma. De lo contrario, al enfrentarnos a algún tropiezo, aquello que tenía un buen propósito, podría desencadenar en frustración y abandono del objetivo planteado. Por ejemplo, una persona cuyo principal propósito de año nuevo sea estar en forma y perder 20 kilos, debe tener claridad que esto no sucederá en 1 o 2 meses. Por lo tanto, debe ser acertado en el tiempo promedio que requerirá para ir bajando cada kilo, de 2 a 4 semanas, y sin lugar a dudas debe ser también objetivo en el tiempo que podrá
dedicarle al ejercicio, poner en la balanza las ocupaciones, los gustos y demás compromisos, con el fin de poder cumplir con los planes de visita al gimnasio o ejercitarse. De lo contrario, al poco tiempo podrá abandonar el plan de trabajo, al sentirse imposibilitado de cumplir los objetivos planteados. En otro escenario, una persona que pretenda mejorar su situación financiera, primero debe evaluar el estado real de ésta, y tomar las medidas equilibradas que permitan optimizar su situación y ajustar los plazos para saber cuánto tiempo tardará en cumplir los logros propuestos. Si su deuda, por ejemplo, es de 20 millones de pesos y sus ingresos apenas de 2 millones de pesos, difícilmente en un año lo logrará completamente. Debe saber que tardará un poco más y que tal vez con unos plazos más amplios no perderá de vista el objetivo final.
Perseverancia.
Después de establecer claramente los plazos, ajustarlos con la situación real de cada uno. Es importante tener clara la importancia de perseverar, ya que como se mencionó anteriormente, los cambios no serán inmediatos, y esto puede desencadenar estados de frustración. Si insistimos, no desfallecemos y buscamos alternativas ante los posibles contratiempos que encontremos en el camino, con seguridad será más claro el panorama y el tiempo se encargará de premiar los esfuerzos realizados. Destacamos de nuevo la importancia de la visión objetiva, ajustada a la realidad, pero con la fuerza y perseverancia necesarias para hacer que lo extraordinario suceda.
Ante los obstáculos o tropiezos, dese el tiempo para reflexionar, aprender y corregir los errores para retomar el plan, haga los ajustes necesarios, pero conserve el objetivo, aunque el camino sea diferente. Los problemas siempre se presentarán y lo que debe cambiar es la manera que los enfrentamos.
Por último, valórese y prémiese.
No olvide trazar pequeños objetivos y felicitarse o premiarse cada vez que los cumpla. Es importante que la motivación sea permanente y quien mejor que usted mismo de manera sincera para darse cuenta de cómo va consiguiendo paso a paso esos grandes cambios que busca. Ahora bien, debe ser consciente y coherente: si su plan es mejorar la situación financiera, no puede salir corriendo a usar su tarjeta de crédito, o si es bajar de peso, no debe comer 2.000 calorías en un momento. Encuentre otras maneras que le permitan premiarse o celebrar: tomar un café con alguien que aprecie y a quién pueda hacerle partícipe de sus logros, para sentirse aún más motivado, ir al salón de belleza, regalarse unos minutos con sus seres queridos, hacer un paseo el fin de semana, etc. Puede ser incluso un premio simbólico, por ejemplo, regalarse una siesta el sábado por la tarde, entre otros.
Con algunas de estas herramientas, pero sobretodo con su fuerza de voluntad, resiliencia y perseverancia, notará que los pequeños cambios se convierten en grandes transformaciones.